¿Qué es lo que más quieres de un culpable y miserable pecador, sino que se arrepienta y llore por sus pecados?
De la sincera contrición y de la humillación interior brota la esperanza del perdón, se reconcilia la conciencia trastornada, se recupera la gracia perdida y se protege el hombre de la ira futura. Dios y el alma arrepentida se apresuran para darse fraternalmente el abrazo de paz.
De la sincera contrición y de la humillación interior brota la esperanza del perdón, se reconcilia la conciencia trastornada, se recupera la gracia perdida y se protege el hombre de la ira futura. Dios y el alma arrepentida se apresuran para darse fraternalmente el abrazo de paz.