3. ¡Oh! ¡Cuánto debo agradecerte porque te dignaste mostrarme a mí y a todos los fieles el camino derecho y parejo que conduce a tu reino eterno!
Tu vida es nuestro camino y por la santa paciencia peregrinamos hacia ti, nuestra recompensa. Si no te hubieras adelantado y no nos hubieras enseñado, ¿quién trataría de recorrerlo? ¡Ay! ¡Cuántos quedarían apartados y atrasados si no pudieran mirar tus heroicos ejemplos!
Si después de todo esto, después de haber oído tantos milagros y tanta doctrina, estamos todavía tibios, ¿qué sería de nosotros si no hubiésemos tenido tanta luz para seguirte?
Tu vida es nuestro camino y por la santa paciencia peregrinamos hacia ti, nuestra recompensa. Si no te hubieras adelantado y no nos hubieras enseñado, ¿quién trataría de recorrerlo? ¡Ay! ¡Cuántos quedarían apartados y atrasados si no pudieran mirar tus heroicos ejemplos!
Si después de todo esto, después de haber oído tantos milagros y tanta doctrina, estamos todavía tibios, ¿qué sería de nosotros si no hubiésemos tenido tanta luz para seguirte?
No hay comentarios:
Publicar un comentario