jueves, 5 de junio de 2014

Junio 5

        CAPÍTULO 11

EXAMINAR Y MODERAR LOS DESEOS DEL CORAZÓN
 
        1. Hijo, todavía debes aprender muchas cosas que no has entendido bien.
        ¿Cuáles son, Señor?
        Que orientes todo tu deseo sólo según mi voluntad y que no te ames a ti mismo, sino que tengas verdadero celo por cumplir lo que a mi me agrada. Muchas veces los deseos ardientes te excitan y te empujan a obrar con vehemencia, pero considera si te mueves más por mi honra que por tu provecho.
        Si yo soy la razón de tus acciones, te contentarás con cualquier resultado. Pero si ellas tienen escondido algo de amor propio, eso será lo que te entorpecerá y retardará.
        2. Cuídate, por lo tanto, de confiar demasiado en el anhelo que tengas sin consultarlo antes conmigo, no sea que después debas arrepentirte y dolerte de algo que antes te agradaba y que deseabas por parecerte más perfecto.
        Porque no se debe seguir inmediatamente cualquier inclinación que parezca buena, ni tampoco huir a primera vista de toda inclinación que repugne.

No hay comentarios:

Publicar un comentario