3. Todas las cosas que tengo y con las que te sirvo son tuyas. Pero, en realidad, sucede que tú sirves más a mí que yo a ti.
El cielo y la tierra que tú creaste para el servicio del hombre están prontos a obedecerte y hacen todos los días lo que les mandas. Mas esto es poco todavía, y creaste los ángeles para que ayudaran al hombre.
Pero, lo que más supera todo lo anterior es que tú mismo te dignaste servir al hombre y le prometiste entregarte a ti mismo.
4. ¿Qué te daré yo por tantos millares de beneficios? ¡Ojalá pudiera servirte todos los días de mi vida! ¡Ojalá pudiera servirte dignamente siquiera un día solo!
Verdaderamente tú eres merecedor de todo servicio, de todo amor y de alabanza eterna. Tú solo eres mi Señor y yo soy un pobre siervo tuyo que estoy obligado a trabajar por ti con todas mis fuerzas y a alabarte sin cansarme. Así lo quiero, así lo deseo y, lo que me falta, te ruego que tú lo suplas.
El cielo y la tierra que tú creaste para el servicio del hombre están prontos a obedecerte y hacen todos los días lo que les mandas. Mas esto es poco todavía, y creaste los ángeles para que ayudaran al hombre.
Pero, lo que más supera todo lo anterior es que tú mismo te dignaste servir al hombre y le prometiste entregarte a ti mismo.
4. ¿Qué te daré yo por tantos millares de beneficios? ¡Ojalá pudiera servirte todos los días de mi vida! ¡Ojalá pudiera servirte dignamente siquiera un día solo!
Verdaderamente tú eres merecedor de todo servicio, de todo amor y de alabanza eterna. Tú solo eres mi Señor y yo soy un pobre siervo tuyo que estoy obligado a trabajar por ti con todas mis fuerzas y a alabarte sin cansarme. Así lo quiero, así lo deseo y, lo que me falta, te ruego que tú lo suplas.
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