lunes, 28 de abril de 2014

Abril 27

       Esto no es virtud humana. Es la gracia de Cristo que tanto puede y tanto hacen en la carne débil que determina que ame y acepte con fervor de espíritu lo que naturalmente aborrece y rehúye.
       Es contrario a la naturaleza humana llevar la cruz y amarla, castigar el cuerpo reduciéndolo a esclavitud, huir los honores, soportar gustosamente las injurias, despreciarse a sí mismo y desear ser menospreciado, sufrir las adversidades y las pérdidas y no desear en este mundo ninguna prosperidad.

       Si te miras a ti mismo, nada podrás hacer solo de todo lo anterior. Pero, si confías en el Señor, el te dará fortaleza celestial y el mundo y la carne te estarán sometidos. Y si andas armado de la fe y estás marcado con la cruz de Cristo, ni siquiera le temerás a tu enemigo, el demonio.

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