Si examinas lo que es tu interior no te importará lo que dirá de ti el prójimo. El hombre juzga según las apariencias, pero Dios mira el corazón (1 Sam. 16, 7). Los mortales consideran los actos y Dios penetra las intenciones.
Obrar siempre bien, y pensar humildemente de sí, es señal de un alma modesta. No buscar consuelo en las criaturas es indicio de gran pureza y de confianza interior.
4. El que en su actuar no busca la aprobación humana, demuestra claramente que se ha entregado a Dios. Porque, dice san Pablo, no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba (2 Cor. 10,18).
La primera condición para ser hombre espiritual consiste, por lo tanto, en la íntima comunicación con Dios y, en lo exterior, no tener ninguna atadura.
Obrar siempre bien, y pensar humildemente de sí, es señal de un alma modesta. No buscar consuelo en las criaturas es indicio de gran pureza y de confianza interior.
4. El que en su actuar no busca la aprobación humana, demuestra claramente que se ha entregado a Dios. Porque, dice san Pablo, no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba (2 Cor. 10,18).
La primera condición para ser hombre espiritual consiste, por lo tanto, en la íntima comunicación con Dios y, en lo exterior, no tener ninguna atadura.
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