lunes, 28 de abril de 2014

Abril 29

       11. Cuando hayas llegado al punto en que la tribulación te sea agradable y te parezca sabrosa por amor a Cristo, considérate afortunado, porque has hallado el paraíso sobre la tierra.
     Pero si te parece duro el padecer y aún procuras evitarlo, serás un desdichado, porque, adondequiera que vayas te seguirá la tribulación.
       12. Si te dispones a hacer lo que debes, es decir, a sufrir y a morir, pronto serás feliz y encontrarás la paz.

      Aunque fueras arrebatado hasta el tercer cielo como San Pablo, no estarías por eso asegurado contra las contrariedades Yo -dice Jesús- le mostraré cuánto debe padecer por mi nombre (He. 9, 16).
       Debes, por lo tanto, padecer si quieres amar a Jesús y servirle para siempre.
      13. ¡Ojalá fueses digno de padecer algo por el nombre de Jesús! ¡Cuán grande sería tu gloria! ¡Qué alegría para todos los santos y qué edificación para el prójimo!
      Todos recomiendan la paciencia, pero pocos son los que quieren padecer. ¿No deberías tú, con generosidad, sufrir algo por Cristo, sabiendo que hay muchos que soportan mayores trabajos por el mundo?

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