CAPÍTULO 8
AMISTAD ÍNTIMA CON JESÚS
1. Cuando Jesús está presente, todo marcha bien y nada parece difícil; pero cuando Jesús no está, todo se vuelve duro. Cuando Jesús no habla en nuestro corazón, ningún consuelo nos satisface; pero, si Jesús dice una sola palabra, se experimenta una gran consolación.
¿No se levantó inmediatamente María Magdalena del lugar en que estaba llorando cuando Marta le dijo: El Maestro está aquí y te llama? (Jn. 11, 28).
¡Dichosa la hora en la cual Jesús llama de las lágrimas al gozo del espíritu!
¡Cuán árido y seco eres sin Jesús! ¡Qué tonto y fatuo si algo deseas fuera de Jesús! Dime, ¿no es este un daño más grande que perder el mundo entero?
No hay comentarios:
Publicar un comentario