Cuando no abrigas hacia mí o hacia mis santos tan elevados sentimientos como tú quisieras, no lo consideres todo perdido.
Ese tierno y dulce afecto que de vez en cuando experimentas, es obra de la presencia de la gracia, y es un anticipo de la patria celestial. Sobre lo cual, no debes confiar demasiado porque va y viene.
Sólo la lucha contra las inclinaciones desordenadas del alma y el menosprecio de las sugerencias del demonio constituyen una señal de virtud y de gran mérito.
3. No te turben, por lo tanto, las imaginaciones raras que te sugieren cosas aún más raras. Mantén firme el propósito y la intención recta hacia Dios.
No juzgues ser víctima de alucinación cuando te sientas como transportado en éxtasis para después volver nuevamente a las pequeñeces acostumbradas del corazón. Porque éstas las sufres sin que tu voluntad las cause y mientras te den pena y las resistas te aumentarán el mérito y no la condena.
Ese tierno y dulce afecto que de vez en cuando experimentas, es obra de la presencia de la gracia, y es un anticipo de la patria celestial. Sobre lo cual, no debes confiar demasiado porque va y viene.
Sólo la lucha contra las inclinaciones desordenadas del alma y el menosprecio de las sugerencias del demonio constituyen una señal de virtud y de gran mérito.
3. No te turben, por lo tanto, las imaginaciones raras que te sugieren cosas aún más raras. Mantén firme el propósito y la intención recta hacia Dios.
No juzgues ser víctima de alucinación cuando te sientas como transportado en éxtasis para después volver nuevamente a las pequeñeces acostumbradas del corazón. Porque éstas las sufres sin que tu voluntad las cause y mientras te den pena y las resistas te aumentarán el mérito y no la condena.
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