sábado, 23 de agosto de 2014

Agosto 23

CAPÍTULO 42

NUESTRA PAZ NO RESIDE EN LOS HOMBRES

        1. Hijo, si la paz tuya la esperas de una persona porque tus sentimientos así te lo sugieren o por el placer de estar con ella, siempre tendrás inestabilidad y dificultades. Mas si acudes a la verdad, siempre viva y permanente, no te entristecerás por el amigo que se ausenta o muere.
       El amor hacia el amigo debe fundamentarse en mí, y por amor a mí se debe querer al que en esta vida te parece bueno y muy amable. Sin mí no vale ni durará la amistad, ni es verdadero ni puro el amor del que yo no soy lazo de unión.
       Por lo que a ti toca, tendrías que ser tan insensible a tal género de sentimientos hacia los amigos, que deberías preferir vivir privado de todo contacto humano.

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