sábado, 9 de agosto de 2014

Agosto 6

        2. ¿Habrá algo que no sepa gustar rectamente, quien gusta de ti? ¿Y qué le podrá agradar al que no sabe gustar de ti?
        Los sabios del mundo, y los que lo son según la carne, desaparecen ante tu sabiduría; en aquellos se encuentra una grande vanidad y en éstos impera la muerte.

        Los que te siguen despreciando al mundo y mortificando su cuerpo son los verdaderos sabios porque pasan de la vanidad a la verdad y de la materia al espíritu.
        Estos sienten el sabor de Dios y todo lo bueno que encuentran en las criaturas lo refieren a la gloria de su Creador. De toda manera es distinto, muy distinto, el gusto del Creador y el de la criatura, de la eternidad y del tiempo, de la luz increada y de la creada.

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