CAPÍTULO 34
EN TODO Y SOBRE TODO,
DIOS ES LO MAS
SABROSO PARA EL QUE AMA
1.¡Mi Dios y mi todo! ¿Qué más
quiero y qué mayor felicidad puedo desear? ¡Oh sabrosa y dulce palabra! Todo
esto es verdad, pero sólo para aquél que ama a la Palabra y no al mundo y a lo
que hay en el mundo. ¡Mi Dios y mi todo! Para el que entiende basta con esto,
para el que ama es delicioso repetirlo continuamente.
Todo es agradable si tú estás
presente, todo es insoportable si te ausentas. Tú otorgas tranquilidad de
corazón, una gran paz y alegría festiva. Tú haces que juzguemos rectamente
todas las cosas y podamos alabarte en todas ellas. Sin ti nada es agradable por
mucho tiempo. Para que una cosa guste y sea placentera se necesita la presencia
de tu gracia y que sea sazonada con el condimento de tu sabiduría.
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