sábado, 13 de septiembre de 2014

Septiembre 12

           Todavía más. Perdóname y olvida en tu misericordia todas las veces que en la oración pienso en algo que no seas tú. Con toda verdad te confieso, que estoy expuesto a muchas distracciones. Con frecuencia no me encuentro en el lugar en el cual mi cuerpo se halla parado o sentado, sino donde me llevan mis imaginaciones.
        Estoy donde está mi pensamiento y mi pensamiento está preferentemente en el lugar donde se halla lo que yo amo. Lo que con mayor facilidad se presenta a mi mente es lo que más satisface a mi naturaleza o aquello a lo cual estoy más acostumbrado.
        6. Por eso, tú que eres la Verdad, dijiste claramente: Donde está tu tesoro, allí está también tu corazón (Mt. 6, 21).

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