martes, 2 de septiembre de 2014

Septiembre 2

         Si aún rehuyes la sumisión y la confusión causada por tus faltas, estás demostrando que no eres sinceramente humilde, ni que has verdaderamente muerto para el mundo ni que el mundo ha sido crucificado para ti.
         Si escuchas mi palabra, no prestarás atención ni siquiera a diez mil palabras de los hombres. Aun si se divulgan contra ti todas las calumnias que se puedan inventar con la mayor de las malicias, ¿que perjuicio te podrán causar si no les prestas atención y las consideras menos que una pajita? ¿Te podrán arrancar aunque fuera un solo cabello?
         3. El que no es hombre de vida interior y no tiene  a Dios delante de sus ojos, fácilmente se irrita por una palabra de menosprecio. Pero el que confía en mí, y no vive agarrado a su propio parecer, no le tendrá ningún miedo a los hombres.

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