lunes, 17 de marzo de 2014

Marzo 17

       9. ¡Oh, si no tuviéramos otra ocupación que alabar al Señor, nuestro Dios, con todo nuestro corazón y con toda nuestra voz! ¡Oh, si nunca tuvieras necesidad de comer, beber o dormir, sino que siempre pudieras alabar a Dios y entregarte solamente a deberes espirituales! En este caso serías mucho más dichoso que ahora, que sirves por necesidad a todos los requerimientos del cuerpo.

       Ojalá no existieran estas tendencias y si subsistieran solamente, para nuestras almas, las comidas espirituales que tan pocas veces paladeamos.
       10. Cuando el hombre haya llegado al punto de no buscar consuelo en ninguna criatura, entonces comenzará por primera vez a gustar perfectamente de Dios y estará contento de todo lo que le pueda acontecer.
       Entonces no se alegrará por lo mucho ni se entristecerá por lo poco que pueda poseer; sino que, íntegra y confiadamente, se pondrá en la mano del Señor que para él es todo en las cosas; en las manos de Dios, para quien ninguna cosa perece ni muere, sino que todas viven y, a una señal suya, le obedecen sin tardanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario