6. Acuérdate de la decisión que tomaste y ten frente a ti la imagen del Crucificado. Tendrás mucho de que avergonzarte al considerar la vida de Jesucristo, dado que aún no te preocupaste por parecerte más a él, a pesar del mucho tiempo que estás a su servicio.
El religioso que, intensa y devotamente, profundiza la santísima vida del Señor y su pasión, hallará en abundancia todo lo que le puede ser útil y necesario, sin tener que buscar algo mejor fuera de Jesús. Si Cristo crucificado fuera el dueño de nuestro corazón, ¡qué pronto y qué bien seríamos adoctrinados!
7. El religioso lleno de fervor todo lo soporta y acepta todo lo que le mandan; en cambio, el negligente y tibio sufre una angustia tras otra y cualquier cosa lo amarga porque carece de consuelo interior y el exterior le está vedado.
El religioso que vive fuera de la disciplina se expone a graves caídas. El que busca lo más fácil y lo más cómodo tendrá una continua incertidumbre porque no le dará satisfacción ni lo uno ni lo otro.
El religioso que, intensa y devotamente, profundiza la santísima vida del Señor y su pasión, hallará en abundancia todo lo que le puede ser útil y necesario, sin tener que buscar algo mejor fuera de Jesús. Si Cristo crucificado fuera el dueño de nuestro corazón, ¡qué pronto y qué bien seríamos adoctrinados!
7. El religioso lleno de fervor todo lo soporta y acepta todo lo que le mandan; en cambio, el negligente y tibio sufre una angustia tras otra y cualquier cosa lo amarga porque carece de consuelo interior y el exterior le está vedado.
El religioso que vive fuera de la disciplina se expone a graves caídas. El que busca lo más fácil y lo más cómodo tendrá una continua incertidumbre porque no le dará satisfacción ni lo uno ni lo otro.
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