viernes, 21 de marzo de 2014

Marzo 22

        5. Cristo también fue despreciado en el mundo, y en el momento de mayor necesidad se vio abandonado por amigos y conocidos entre grandes afrentas.
      Cristo quiso padecer y ser despreciado, ¿y tú te atreverás a quejarte de algo? Cristo tuvo adversarios y detractores, ¿y tú los quieres tener a todos por adictos y bienhechores? ¿Cómo será coronada tu paciencia si no te  sucede ninguna contrariedad? Si no admites ninguna adversidad, ¿cómo serás amigo de Cristo?

       Decídete a sufrir con Cristo y por Cristo si quieres reinar un día con él.
       6. Si entraras de una vez en el corazón de Jesús y saborearas un poquito de su encendido amor, entonces no te preocuparía lo que te pudiera agradar o desagradar, antes bien gozarías de las humillaciones recibidas, porque el amor de Jesús lleva al hombre a despreciarse a sí mismo.
       El amigo de Jesús y de la verdad, y el que es verdaderamente interior y se halla libre de los afectos desordenados, puede entregarse a Dios con toda libertad, elevarse sobre sí mismo en el espíritu y descansar en él gustosamente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario