Pon toda tu confianza en Dios y sea él tu temor y tu amor. El responderá por ti y lo hará bien, como mejor convenga. No tienes aquí abajo una ciudad permanente (cfr. Heb. 13, 14), y dondequiera te halles serás un extranjero y un peregrino y jamás tendrás reposo si no estás íntimamente unido a Cristo.
4. ¿Por qué te deben importar tanto las cosas de la tierra si este no es el lugar de tu descanso? Tu morada debe ser en los cielos y todo lo que hay aquí debes mirarlo como uno que está de paso. Todas las cosas pasan y tú también con ellas. Cuida no pegarte a ellas para no caer prisionero y perecer.
Tu pensamiento se eleve al altísimo y tu oración se dirija sin cesar a Cristo. Si no sabes elevarte a la contemplación de las cosas sublimes y celestiales, descansa en la pasión de Cristo y habita gustosamente en sus sagradas llagas.
Si te refugias devotamente en las lesiones y preciosas heridas de Jesús, experimentarás gran aliento en las tribulaciones, no te preocuparán los desprecios de los hombres y soportarás con facilidad a cuantos te critiquen.
4. ¿Por qué te deben importar tanto las cosas de la tierra si este no es el lugar de tu descanso? Tu morada debe ser en los cielos y todo lo que hay aquí debes mirarlo como uno que está de paso. Todas las cosas pasan y tú también con ellas. Cuida no pegarte a ellas para no caer prisionero y perecer.
Tu pensamiento se eleve al altísimo y tu oración se dirija sin cesar a Cristo. Si no sabes elevarte a la contemplación de las cosas sublimes y celestiales, descansa en la pasión de Cristo y habita gustosamente en sus sagradas llagas.
Si te refugias devotamente en las lesiones y preciosas heridas de Jesús, experimentarás gran aliento en las tribulaciones, no te preocuparán los desprecios de los hombres y soportarás con facilidad a cuantos te critiquen.
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