miércoles, 19 de marzo de 2014

Marzo 20

       2. Ánimo, alma fiel, prepara tu corazón a este esposo para que se digne visitarte y morar en ti. Ya que él afirma: Si alguno me ama, guardará mi palabra y vendremos a él, y haremos morada en él (Jn. 14, 23). Hazle lugar a Cristo y niega la entrada a todas las demás cosas.
       Cuando poseas a Cristo serás rico y eso te bastará. Él será tu proveedor y te conseguirá fielmente cuanto necesites para que no debas esperarlo de los hombres, porque éstos cambian fácilmente y pronto desaparecen, mientras Cristo permanece eternamente (Jn. 12, 34) y está firme hasta el fin.

      3. No se ha de poner mucha confianza en el hombre frágil y mortal aunque útil y querido; ni ha de sentir grande tristeza si alguna vez nos combate y nos contradice. Los que hoy están contigo, mañana pueden ser tus contrarios, y al revés, porque los mortales cambian a menudo como el viento.

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