CAPÍTULO 2
HUMILDE SUMISIÓN
1. No te preocupes por saber quién está en tu favor o contra ti, sólo debes buscar y procurar que Dios esté contigo en todas tus acciones. Ten limpia la conciencia y Dios te defenderá con toda seguridad. Al que Dios quiere ayudar no le puede dañar ninguna maldad.
Si sabes callar y sufrir, constatarás, sin dudas, el auxilio del Señor. Porque él conoce el tiempo y el modo de librarte y, por eso, debes abandonarte a él por completo, porque Dios sabe socorrerte y preservarte de toda confusión.
A menudo, mucho a provecha para guardar mejor la humildad, que otros conozcan y reprendan nuestras faltas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario