Mira cuan lejos estás todavía de la verdadera caridad y humildad. Quien las posee sólo se irrita y enoja contra sí mismo y no contra el prójimo. No es mucho mérito convivir con los buenos y con los mansos, ya que esto place a todos y a todos nos gusta vivir en armonía y amar más a los que piensan como nosotros.
Pero tolerar pacíficamente a los malos, a los indisciplinados, a los que se complacen en contradecirnos, es una gracia grande, una hazaña no común y una obra varonil.
3. Hay algunos que viven en paz consigo mismos y con el prójimo. Y los hay que ni tienen serenidad ellos ni la dejan tener a los demás. Constituyen una carga para los otros. y, todavía más pesada, para sí mismos.
Hay también algunos que viven en paz y se esfuerzan en sembrarla entre sus semejantes. En esta miserable vida, nuestra total tranquilidad consiste en el más humilde sufrimiento que en rechazar contrariedades. El que más sabe padecer, mayor paz tendrá; vencedor de sí mismo y señor del mundo, será amigo de Cristo y heredero del cielo.
Pero tolerar pacíficamente a los malos, a los indisciplinados, a los que se complacen en contradecirnos, es una gracia grande, una hazaña no común y una obra varonil.
3. Hay algunos que viven en paz consigo mismos y con el prójimo. Y los hay que ni tienen serenidad ellos ni la dejan tener a los demás. Constituyen una carga para los otros. y, todavía más pesada, para sí mismos.
Hay también algunos que viven en paz y se esfuerzan en sembrarla entre sus semejantes. En esta miserable vida, nuestra total tranquilidad consiste en el más humilde sufrimiento que en rechazar contrariedades. El que más sabe padecer, mayor paz tendrá; vencedor de sí mismo y señor del mundo, será amigo de Cristo y heredero del cielo.
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