jueves, 24 de julio de 2014

Julio 25

        2. ¿Acaso hay algo que sea difícil para mí? ¿O seré como aquel que dice y no hace? ¿Dónde está tu fe? Mantente firme y persevera. Sé varón magnánimo y fuerte y a su tiempo te llegará la recompensa. Espérame, espérame. Iré y te curaré. Lo que te tortura es la tentación y el temor infundado es lo que te espanta.
     ¿De qué te aprovecha la preocupación de lo que ha de suceder sino para acumular una tristeza encima de la otra? A cada día le basta su afán (Mt. 6, 34). Es inútil y sin provecho inquietarse o alegrarse de algo que ha de acontecer y que quizá nunca ocurrirá.
     3. Es propio de la naturaleza humana ilusionarse con tales fantasías y señal de pequeñez de alma dejarse llevar tan fácilmente por los embustes del enemigo.

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