martes, 29 de julio de 2014

Julio 28

           Si te envío alguna adversidad o contrariedad, no te irrites ni te deprimas. Pronto puedo aliviarte y cambiar toda tu pena en alegría. De todos modos, cuando haga eso contigo, no dejo de ser justo y muy digno de alabanza.
       6. Si todo lo miras bien y lo consideras a la luz de la verdad, nunca te debes entristecer profundamente por las adversidades, sino alegrarte y darme gracias y, además, considerar como un gozo único el ser aflijido sin consideración con toda clase de dolores.

       Como el padre me amó, así también os amo yo (Jn. 15, 9), les dije a mis amados discípulos, y los envié no a gozar de los bienes de este mundo, sino a sostener grandes combates; no a buscar honores, sino desprecios; no a vivir en el ocio, sino a trabajar; no a descansar, sino a producir mucho fruto en la paciencia.
       No te olvides, hijo mío, de estas palabras.

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