martes, 16 de diciembre de 2014

Diciembre 15

CAPITULO 12

EL QUE RECIBE A CRISTO 
EN LA COMUNION DEBE PREPARARSE 
CON MUCHO CUIDADO

Palabra del amado

          1. Yo soy el que ama la pureza, yo soy el que da toda santidad. Busco un corazón puro: allí está el lugar de mi descanso. Prepara para mí una sala amplia, alfombrada (Mc. 14, 15; Lc. 2, 12) y allí celebraré la Pascua con mis discípulos.
         Si quieres que vaya a tu casa y me quede contigo, límpiate de la levadura antigua (1 Cor. 5, 7) y asea la morada de tu corazón. Deja afuera a todo el mundo y aleja de ti el tumulto de los vicios. Con amargo sentimiento del alma, siéntate como un pájaro solitario en el tejado (Sal. 101, 8) a meditar en tus faltas.

         Todo amante prepara para su amado que lo quiere, el lugar mejor y más lindo, porque en esto se manifiesta la amorosa disposición de quien recibe a su preferido.
        2. Pero convéncete que no puedes llegar a esta preparación con el solo mérito de tus acciones y esto aunque te prepares un año entero sin tener que hacer otra cosa.
        Se te permite acercarte a mi mesa sólo por una condescendencia de mi amor y mi gracia; así como si un rico convidara a un pordiosero a su mesa y el pobre no pudiera retribuirle de otra manera que con humillaciones y agradecimientos.
        Haz todo lo que esté de tu parte y hazlo con mucha diligencia, no por costumbre ni por obligación. El cuerpo de tu amado Señor y Dios, que se digna ir a ti, recíbelo con temor, veneración y amor. Yo te llamé, yo te mandé que así se hiciera y yo supliré lo que falta. Pero tú, ven y recíbeme.


No hay comentarios:

Publicar un comentario