sábado, 6 de diciembre de 2014

Diciembre 6

        3. A veces sucede que sea un obstáculo para la comunión hasta la excesiva preocupación de tener un fervor sensible o porque se experimenta
alguna inquietud o duda, relacionada con las propias confesiones. Tú sigue el consejo de las personas prudentes y sacúdete de encima las angustias
y los escrúpulos que constituyen un impedimento a la gracia divina y destruyen el espíritu de devoción.

        No dejes la sagrada comunión por una pequeña turbación o debilidad; sino anda pronto a confesarte y perdona de corazón toda ofensa que hayas podido recibir de los demás. Y si tú fuiste el que ha ofendido a alguien, pide humildemente perdón y Dios te absolverá con total generosidad.
       4. ¿De qué sirve retardar tanto la confesión o diferir la sagrada comunión? Purifícate cuanto antes, escupe el veneno, toma en seguida el remedio y te sentirás mejor que si hubieras postergado por mucho tiempo lo que te estoy sugiriendo.
       Si hoy por una pequeña causa renuncias a comulgar, mañana te podrá suceder algo peor y de este modo te apartarás demasiado de la comunión y, como consecuencia, te sentirás todavía menos dispuesto.
       Sacude lo más pronto que puedas la pereza y la inercia en las cuales te encuentras envuelto hoy, porque a nadie ayuda prolongar la existencia entre continuas angustias e inquietudes y apartarse de los sacramentos por los obstáculos de todos los días. Hasta puede ser muy dañino posponer demasiado la comunión, porque esto suele engendrar una gran insensibilidad espiritual.

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