miércoles, 31 de diciembre de 2014

Diciembre 31

          Con frecuencia es muy útil que el siervo de Dios sufra estas tentaciones. Porque el demonio no somete a la tentación a aquellos que no tienen fe y a los pecadores, por tenerlos ya seguros, sino que tienta y atormenta de distintas maneras a los creyentes y a los devotos.
          4. Por lo tanto, procede con fe simple y segura y acércate al sacramento con respeto profundo, y todo lo que puedas entender, encomiéndalo a las seguras manos de Dios. Dios no engaña a nadie. Se engaña el que confía demasiado en sí mismo.
             Dios camina al lado de los sencillos, se revela a los humildes, da luz de entendimiento a los pequeños (Sal. 118, 130), abre la mente a los puros de corazón y retira su gracia a los curiosos y a los soberbios.

            La razón humana es débil, y por eso puede fallar, mientras que la fe nunca puede caer en error.
            5. Todo razonamiento y toda búsqueda de la verdad deben seguir la fe, no precederla ni debilitarla. Porque la fe y el amor, que operan de manera misteriosa, descuellan en modo especial en este santísimo y soberanamente excelso sacramento.
            Dios, que es eterno, inmenso e infinitamente poderoso, hace cosas grandes e inescrutables en el cielo y en la tierra. Sus obras maravillosas no se pueden investigar. Si las obras de Dios fueran tales que la razón humana las pudiera comprender con toda facilidad, no serían maravillosas ni se podrían llamar inefables.

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