sábado, 22 de febrero de 2014

Febrero 22

CAPÍTULO 21

COMPUNCIÓN DEL CORAZÓN

1. Si deseas progresar en algo, consérvate en el temor de Dios y no quieras ser demasiado libre; refrena con severidad todos tus sentidos y no te abandones a las alegrías indecorosas. Entrégate a la compunción del corazón y conseguirás la devoción. La aflicción hace florecer muchas obras buenas que la disolución acostumbra arruinar prontamente. Es imposible que un hombre, si considera y mide la magnitud de su destierro y la cantidad de peligros que hay para su alma, pueda llegar a la plena alegría en esta vida.

2. Por ligereza de reflexión y descuido de nuestros defectos no medimos con exactitud las dolencias de nuestra alma y por eso, muchas veces, nos ponemos a reir como locos cuando, en realidad, deberíamos derramar amargas lágrimas.
No hay verdadera libertad ni santa alegría sino en el temor de Dios y en la rectitud de conciencia.
       ¡Feliz aquel que puede aligerarse de todo impedimento de distracción y concentrarse en la unión con Dios mediante la perfecta contrición. ¡Dichoso el que sacude de sí cuanto puede manchar o turbar su conciencia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario