viernes, 14 de febrero de 2014

Febrero 14

          3. Si, a veces, se omite un ejercicio espiritual acostumbrado por motivos de caridad o por ayudar al prójimo, esa falta fácilmente se podrá reparar más tarde. Pero si, habitualmente, se suprime por mala gana o negligencia, esto constituye una culpa y muy pronto se experimentará el daño de este descuido. Esforcémonos cuanto podamos porque, aun así, caeremos fácilmente en muchas faltas.

          Debemos hacer siempre un propósito bien determinado, especialmente contra aquello que más imposibilita nuestro adelanto espiritual. Las cosas exteriores y las interiores las debemos examinar y ordenar cuidadosamente en cuento facilitan u obstaculizan el progreso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario