miércoles, 5 de febrero de 2014

Enero 24



5. Si cada año desarraigáramos un vicio, pronto seríamos perfectos. Pero nos sucede con frecuencia lo contrario: constatamos que fuimos mejores y más inocentes al principio de nuestra conversión que después de muchos años de vida religiosa. El fervor y el progreso espirituales deberían aumentar día tras día: sin embargo, hoy nos parece un gran éxito conservar algo del fervor inicial. Si nos hubiéramos hecho un poco de violencia al principio, habríamos podido realizarlos todo con facilidad y alegría.

6. Ciertamente es duro abandonar una costumbre, pero todavía más difícil es ir en contra de la propia voluntad. ¿Si no vences las cosas pequeñas y fáciles, cuándo triunfarás de las difíciles? Resiste desde el principio a tus inclinaciones y abandona los gustos personales para que, poco a poco, no caigas en una situación más comprometida.
Si comprendieras cuánta paz conseguirías tú y cuánto gozo proporcionarías a los demás llevando una vida entregada al bien, pienso que serías más solícito en el progreso espiritual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario