El que busca algo fuera de Dios y de la salvación de su alma no hallará sino tribulación y dolor. No puede, además vivir por mucho tiempo en paz el que no procure ser el más pequeño y sumiso a todos.
3. Viniste a servir, no a mandar. Persuádete que fuiste llamado a sufrir y a trabajar, no a pasar la vida en ocio y en habladurías. Como el oro se prueba en el crisol, aquí es donde se templan a los hombres. Aquí nadie puede mantenerse firme si, por amor a Dios, no se habrá humillado en lo más íntimo de su corazón.
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